Un deseo ardiente de ser y de hacer es el punto inicial desde el que el soñador debe lanzarse. Los sueños no están hechos de indiferencia, pereza, ni falta de ambición. Napoleón Hill

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Crecimiento Personal II





El tema del crecimiento personal se encuentra en el tapete actualmente, mucho se dice y promociona al respecto pero algunos lo sienten fuera de su alcance por no tener claro lo sencillo que puede ser obtener los beneficios que ofrece.
Los seres humanos crecemos de diferentes maneras, crecemos o maduramos primero física y biológicamente; esto no requiere el más mínimo esfuerzo de nuestra parte, más allá de proveerle el alimento necesario a nuestro organismo y mantenerlo en buen estado de salud, a medida que va pasando el tiempo nuestro cuerpo y sus respectivos sistemas se van adaptando a los nuevos requerimientos necesarios para mantenerse funcionando en equilibrio.
Crecemos también intelectualmente en la medida que aprovechamos las oportunidades que se nos presentan formándonos y capacitándonos para conocer y comprender el medio que nos rodea y facilitarnos por este medio la posibilidad de sernos útiles a nosotros mismos y a los demás. Este tipo de crecimiento podría beneficiarse de nuestra participación activa y consciente en el sentido de escoger las áreas en las que deseamos formarnos y de analizar las experiencias que a diario se nos presentan en la vida para comprender el sentido que cada una encierra.
Otra manera en la cual crecemos o maduramos es desde el punto de vista emocional, desde el cual cada experiencia en la vida es una oportunidad para fortalecernos y sensibilizarnos ante las circunstancias que se nos presentan a diario permitiéndonos enfrentarlas cada vez con mayor ecuanimidad. Con respecto a este tipo de crecimiento, mientras más objetivos podamos ser en cuanto a nuestra apreciación de las situaciones que nos afectan emocionalmente asumiendo nuestra cuota de responsabilidad en ellas más sencillo será alcanzarlo.
Podemos hablar también sobre crecimiento interno, y este no es más que el despertar a la realidad de que existe "algo" llámese espíritu, consciencia, energía inteligente o como quieran, el nombre no altera su esencia, que nos trasciende y de alguna manera proporciona orden al aparente caos que pudiera reinar de otra forma en este vasto universo que nos rodea. Este tipo de crecimiento comienza cuando por primera vez comenzamos a cuestionarnos sobre nuestro origen, la razón de la existencia y nuestro destino y nos planteamos la vida desde una perspectiva diferente, más amplia de lo que hubiéramos podido considerar antes de este momento y requiere de nuestra atención consciente y capacidad de discernimiento para poder concretarse.
Por lo anteriormente expuesto podemos ver claramente que todos los seres humanos pasamos por esos procesos en la medida en que vamos avanzando por la vida y ellos (los procesos de crecimiento) van de alguna manera matizando nuestro desenvolvimiento y por ende deberíamos todos lograr niveles suficientes de crecimiento personal que nos permitan estar satisfechos con nosotros mismos. Pero nada de esto es nuevo, ¿Por qué algunas personas lo sienten fuera de su alcance?, ¿Qué sucede entonces?, ¿Donde está el detalle?.
El detalle radica en la coherencia que seamos capaces de ejercer en nuestras vidas. Coherencia que se expresa en la capacidad que tengamos para sincronizar nuestros pensamientos, palabras, acciones y emociones. Sí, es tan sencillo como esto, el ser humano es un ser pensante y sensible y está dotado de capacidad para expresar sus ideas, pensamientos y emociones con palabras y hechos, y es solo en la medida que sea capaz de coordinar todos estos que puede esperar lograr un crecimiento personal efectivo.
Veamos porque. Imaginemos una carreta a la cual un caballo la hala en dirección norte, otro en dirección sur, otro en dirección este y aun otro en dirección oeste. ¿Hacia dónde puede dirigirse esta carreta?, pues obviando ciertas consideraciones de la física, en realidad solo permanecería en el mismo sitio soportando la tensión generada por el halar de cada caballo en diferente dirección.
Imaginemos ahora la misma carreta a la cual cuatro caballos la halan en la misma dirección. ¿Hacia dónde puede dirigirse esta carreta?, pues simplemente hacia donde la halan los caballos sin necesidad de soportar tensiones inútiles.
Supongamos ahora que reemplazamos a la carreta por una persona y en vez de caballos tenemos la fuerza volitiva de sus pensamientos, palabras, acciones y emociones tirando de esa persona en direcciones diferentes. ¿Hacia dónde puede dirigirse esa persona?, en este caso sus acciones le conducirán a una situación que no era precisamente la que deseaba alcanzar y además le generarán un estrés innecesario.
Supongamos que esta misma persona dirige la fuerza volitiva de sus pensamientos, palabras, acciones y emociones en un mismo sentido. ¿Qué puede suceder entonces?, sencillo, simplemente logrará lo que se propuso con un mínimo de esfuerzo y un alto grado de satisfacción.
Lo anterior puede sorprendernos, pero ocurre con frecuencia dejando perplejos principalmente a aquellos que protagonizan estas situaciones. Pero, ¿Cómo evitarlo?. Esto es aun más sencillo pues solo necesitamos mantenernos alertas ante las circunstancias que se nos presentan en la vida para poder estar en condiciones de evaluar cuanta concordancia existe entre que pensamos al momento de recibir las experiencias que a diario se nos presentan, que opinión emitimos ante estas, como decidimos reaccionar ante este estimulo y como nos sentimos una vez que asimilamos esta experiencia para darle paso a una nueva.
Una vez que asimilamos este conocimiento para volverlo parte de nuestra sabiduría y nos proponemos emplearlo cada vez que tengamos la oportunidad de hacerlo, nos estamos permitiendo la oportunidad de volvernos arquitectos de nuestro propio destino y a medida que más experiencia acumulemos en este respecto nos estaremos asegurando mayores probabilidades de éxito.
El mantenernos alertas nos abre un nuevo mundo de posibilidades para crecer al reconocer en cada nueva experiencia una oportunidad para aprender algo nuevo o mejorar algo viejo, brindándonos la oportunidad de contribuir al bienestar común en la medida en que crecemos para mejorar y estamos en mejores condiciones de aportar soluciones armónicas y prácticas para las situaciones que a diario se nos presentan.
A medida que avanzamos en este camino vamos descubriendo lo sencilla que es la vida y lo simple que es entendernos y contribuir a crear armonía a nuestro alrededor si nos lo planteamos de una manera coherente, y nos preguntamos que nos impedía verlo antes.
Deseándoles éxito en su camino de crecimiento personal, les saluda afectuosamente
Rodolfo González
Siga leyendo Crecimiento personal III

No hay comentarios: