Un deseo ardiente de ser y de hacer es el punto inicial desde el que el soñador debe lanzarse. Los sueños no están hechos de indiferencia, pereza, ni falta de ambición. Napoleón Hill

lunes, 1 de noviembre de 2010

Para tener Autoconsciencia

Autoconciencia

La autoconciencia significa tener un profundo entendimiento de nuestras emociones, fortalezas, debilidades, necesidades e impulsos. Las personas con una fuerte autoconciencia no son demasiado críticas ni tampoco tienen esperanzas irreales. Más bien, son honestos consigo mismas y con los demás. Aquellos con un alto grado de autoconciencia reconocen cómo sus sentimientos los afectan a sí mismos, a otras personas y al desempeño en el trabajo. Así, una persona autoconsciente que sabe que las fechas límite despiertan lo peor de sí misma, planea su tiempo cuidadosamente y realiza su trabajo con anticipación.

Una persona con un alto nivel de autoconciencia será capaz de trabajar junto con una persona exigente. Entenderá el impacto de éste en su temperamento y las razones profundas de sus frustraciones. Una persona así entenderá que "las exigencias triviales de las personas que nos apartan del verdadero trabajo que debe llevarse a cabo". Irá un paso más adelante y desplazará su furia hacia algo más constructivo. La autoconciencia se extiende al entendimiento que cada persona tiene de sus valores y metas.

Una persona altamente autoconsciente sabe hacia dónde se dirige y por qué, y por ello es capaz de ser firme a la hora de declinar una oferta de trabajo tentadora en el aspecto financiero que no es acorde con sus principios y metas de largo plazo. ¿Cómo puede uno reconocer la autoconciencia? En primer lugar, ésta se presenta como desprevención y habilidad para evaluarse a sí mismo en forma realista. Las personas con alta autoconciencia son capaces de hablar en forma abierta y precisa, aunque no necesariamente de forma efusiva, acerca de sus emociones y del impacto que éstas tienen en su trabajo.

Autoconsciencia por Daniel Goleman

La Inteligencia Emocional comienza con la autoconciencia. El término conciencia se usa para distinguir, entre las funciones mentales, las características que se refieren tanto al llamado estado de conciencia, o para designar los procesos internos del hombre de los que es posible adquirir conciencia, y es en este último sentido que se utiliza el término autoconciencia. En el primer caso, la conciencia es vigilancia o estado de alerta y coincide con la participación del individuo en los acontecimientos del ambiente que le rodea, sin embargo, la autoconciencia no es una función tan simple y directa como pudiera parecer a primera vista, y menos respecto a nuestras emociones. Si digo, por ejemplo, que estoy molesta, tal vez lo esté, pero podría ser también que esté equivocada, debido a que en realidad tenga miedo, esté celosa, o que sienta ambas cosas.

Cotidianamente debe mantener activada la Atención Consciente para poder dar respuesta a la siguiente pregunta ¿Cómo hago para tener una conciencia exacta de lo que me está ocurriendo (en el cuerpo) y qué estoy sintiendo (en la mente)? A esta pregunta responde el principio de la autoconciencia, primer paso de la Inteligencia Emocional, porque ésta sólo se da cuando la información afectiva entra en el sistema perceptivo.

Llego el Momento de activar la ATENCIÓN CONSCIENTE y empezar a mirar las manifestaciones exteriores de exaltación interior como algo absolutamente natural y común. Comprender que no matan, y saber positivamente que la conciencia les va quitando el poder a esas señales. Si una persona tiene poca autoconciencia o conocimiento de sí misma, ignorará sus propias debilidades y carecerá de la seguridad que brinda el tener una evaluación correcta de las propias fuerzas.

Las personas que tienen autoconciencia también pueden ser capaces de energizar a los demás, de comprometerse y confiar en quienes desarrollan una tarea con ellos.

AUTOCONSCIENCIA PARA LA ACCION

La aventura más importante que el Ser Humano puede emprender en su vida, es la de conocerse a sí mismo. Desde tiempos remotos los filósofos griegos decían cosas como: “Conócete a ti mismo y conocerás al mundo”, Mientras m
ás sé menos sé”, o “Lo que realmente sé, es que no sé nada”.

Estamos acostumbrados a vivir de una manera robótica e impulsiva según nuestros patrones genéticos y/o culturales. Dichos patrones nos enseñan a buscar las “respuestas correctas” fuera de nosotros; pero la realidad de la vida nos enseña que muchas respuestas que buscamos en el exterior se encuentran en nuestro interior.


Conocerse cada día un poco más, para lograr mayor éxito en la vida cotidiana. Al conocernos más, sentimos la necesidad de cambiar para mejorar y esto nos impulsa a encontrar la ruta para despertar de nuestro largo sueño y descubrirnos quiénes somos realmente para actuar con nuestra verdadera Misión Personal, que nos estimula a vivir con pasión el presente y nos impulsa a un mejor mañana; ir en la dirección correcta, sin permitir que nuestras falsas creencias o nuestro entorno limitador y ciego nos desvíe.

La Autoconciencia suministra herramientas sencillas, prácticas y de aplicabilidad inmediata, que nos ayudan a desarrollar los sentidos para potenciar nuestra capacidad de observar y percibir el mundo para estar más despierto, alerta y poder así expandir nuevos niveles de conciencia y responsabilidad tanto individual como social, que nos permite descubrir quiénes somos y a dónde vamos. Una vez teniendo claro el punto de partida (en dónde estás, la tierra preparada) y el punto de llegada (hacia dónde vas, la cosecha), necesitas iniciar el proceso de cambio con coraje y con un auténtico compromiso personal. La Autoconciencia nos permite aclarar nuestra Visión personal y si adicionalmente utilizas las técnicas apropiadas alcanzarás el éxito.


¿QUE ES LA CONCIENCIA?

La conciencia del hombre está compuesta por todo aquello que él conoce con lo que ha estado en contacto a través de las experiencias adquiridas durante su vida. El mundo externo divide la conciencia en: Subconciencia, donde están obtenidas todas las experiencias del pasado, las cuales yacen profundamente enterradas influyendo dentro de su naturaleza; la Conciencia, que comprende las experiencias del presente, y la Superconciencia, o desenvolvimiento superior, por cuya adquisición el hombre está luchando. La conciencia es propiedad única de cada corriente de vida individual, y es la única actividad que no puede ser robada o destruida. Por lo tanto, aquello que el hombre construye en su conciencia mediante la contemplación y esfuerzo, le pertenece para toda la eternidad. Por eso hay un axioma metafísico que dice "Lo que le pertenece por derecho de conciencia no puede serle quitado".

Durante su vida, el hombre posee tres distintos tipos de conciencia:

1) La Conciencia Individual, que es el conocimiento o conciencia de existir y de ser un toco de Luz inteligente; con poder para hacer uso de sus energías, sus facultades y su libre albedrío, con el cual debe crear y dirigir un plan de vida individual.

2) La Conciencia de Masas, en la cual todo pensamiento y sentimiento, toda virtud y vicio emanado contribuye a reforzar en esa "conciencia grupal" tal o cual cualidad en particular.

3) La Conciencia del Ascendido maestro, en la cual la autoconsciente inteligencia del individuo usa de las facultades creativas de pensamiento, sentimiento y la palabra hablada para crear, por voluntad propia y consciente, solamente aquello que es perfecto, cuando desee o se proponga crear algo

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